El objetivo es aprovechar el desencanto que hay en Canadá con Estados Unidos para atraer a esos viajeros y detonar el turismo en las entidades fronterizas.
Redacción
El creciente desencanto de los turistas canadienses hacia Estados Unidos abrió una oportunidad para el norte de México.
Las políticas migratorias y comerciales del presidente Donald Trump genera un malestar que impulsa a los viajeros de Canadá a reconsiderar sus destinos habituales, y varios estados mexicanos —como Nayarit, Zacatecas y Chihuahua— buscan capitalizar esta coyuntura para posicionarse como nuevas opciones turísticas.

En marzo de este año, el número de canadienses que cruzó por carretera a Estados Unidos cayó 31.9% respecto al mismo mes del año anterior, según datos de Statistics Canada.
Fue el tercer mes consecutivo con una baja en los cruces fronterizos, muestra del deterioro en la relación bilateral a nivel ciudadano.
El descontento no se limita a críticas en redes sociales o debates públicos y tomó forma en campañas de boicot a productos estadounidenses y, más recientemente, en la decisión de evitar viajes recreativos al país. En este contexto, México levanta la mano.