Por Redacción ALTHER
Tamaulipas, un estado históricamente marcado por desafíos de seguridad y gobernabilidad, se encuentra hoy en la antesala de una posible transformación estructural. Impulsado por la tendencia global del nearshoring —la relocalización de cadenas de suministro hacia destinos cercanos al mercado estadounidense—, este territorio del noreste mexicano emerge como un nodo estratégico dentro del nuevo orden económico de América del Norte.
Pero ¿se trata de una oportunidad real o de una promesa inflada? ¿Está Tamaulipas listo para capitalizar esta coyuntura?
Inversión Extranjera Directa: impulso con matices
En 2024, el estado captó más de 1,800 millones de dólares en Inversión Extranjera Directa (IED), lo que representa un incremento del 24% respecto a 2023, según cifras oficiales. El 60% de estos recursos se concentró en sectores clave para el nearshoring: manufactura, logística y energía.
Aunque alentador, Tamaulipas aún se mantiene por debajo de estados líderes como Nuevo León y Coahuila, cuyas estrategias de atracción industrial y condiciones de infraestructura superan las actuales capacidades del estado.
Industrias clave: fortalezas consolidadas y sectores en expansión
Tamaulipas cuenta con una estructura económica diversificada, donde varias industrias ya destacan y otras comienzan a consolidarse gracias al nuevo contexto geopolítico:
Manufactura y maquila
- Reynosa, Matamoros y Nuevo Laredo son centros neurálgicos de la industria maquiladora, con más de 300 plantas que operan bajo el régimen IMMEX.
- Las principales ramas son electrónica, autopartes, dispositivos médicos, plásticos y metalmecánica.
- Firmas globales como Panasonic, LG, Aptiv, Corning y Parker Hannifin tienen presencia activa en la región.

Energía y petroquímica
- Tamaulipas destaca por su papel en la generación eléctrica (con plantas de ciclo combinado en Altamira y Río Bravo), y en el transporte de gas natural con ductos que conectan al mercado texano.
- La región sur, especialmente Altamira y Ciudad Madero, aloja infraestructura portuaria y de refinación con potencial para atraer industrias petroquímicas, fertilizantes y almacenamiento energético.
Logística y transporte
- Con 370 km de frontera con Texas, tres cruces internacionales y el puerto industrial de Altamira, el estado es un punto logístico privilegiado.
- Nuevo Laredo, considerado el puerto terrestre más importante de Latinoamérica, concentra casi el 40% del comercio terrestre México–EE.UU.
- Se están desarrollando zonas de carga, centros de distribución y proyectos intermodales para mejorar la competitividad regional.

Agroindustria y transformación alimentaria
- En la zona centro y norte, el sector agrícola mantiene exportaciones importantes de sorgo, maíz, cítricos y carne bovina.
- En Reynosa y Valle Hermoso se han instalado empresas de procesamiento y empaquetado de alimentos con destino al mercado estadounidense.
Electromovilidad y manufactura avanzada (emergentes)
- Si bien incipientes, existen proyectos en arneses eléctricos, componentes para baterías y automatización, lo que posiciona a ciudades como Río Bravo y Matamoros como nuevos polos para la cadena de electromovilidad en Norteamérica.

Mano de obra: entre la cantidad y la especialización
Tamaulipas cuenta con una fuerza laboral de más de 1.2 millones de personas, sin embargo, sólo el 14% tiene formación técnica especializada. Este rezago en competencias representa un obstáculo crítico para atraer industrias de alta tecnología, automatización y manufactura 4.0.
“La clave no es cuántos trabajadores hay, sino qué tan preparados están para operar equipos automatizados, leer planos, programar robots o aplicar normas ISO”, advierte un director de recursos humanos de una planta automotriz en Reynosa.
Iniciativas como la educación dual, convenios con instituciones como el Tecnológico Nacional de México, el IPN y el CONALEP, así como alianzas con empresas, comienzan a cerrar la brecha, pero se requiere una mayor inversión y estrategia a largo plazo.
Infraestructura: expansión sin homogeneidad
Aunque Tamaulipas posee más de 40 parques industriales, muchos no cumplen con estándares internacionales: carencia de infraestructura básica, conectividad deficiente, rezagos en certificaciones y planeación urbana limitada.
Los parques de Altamira, Río Bravo y Matamoros muestran mejoras recientes, impulsados por inversión privada y asociaciones público-privadas, pero aún están lejos del ecosistema integral de clústers industriales como el de Apodaca en Nuevo León.

Una ventana estratégica: 2025–2028
De acuerdo con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), México tiene entre 2025 y 2028 una ventana crítica para consolidar su papel como destino de relocalización manufacturera. En ese marco, Tamaulipas deberá resolver con urgencia temas como:
- Ampliación y certificación de parques industriales.
- Seguridad jurídica y simplificación de trámites.
- Conectividad carretera, ferroviaria y portuaria.
- Acceso a energía limpia y agua industrial.
De no hacerlo, el estado corre el riesgo de ver cómo otros destinos —como Querétaro, Guanajuato o Aguascalientes— capturan inversiones que bien podrían haberse instalado en el noreste.
Tamaulipas no puede competir únicamente por ubicación. La competitividad futura se definirá por la infraestructura que se construya, el talento que se forme y la visión de largo plazo que se adopte. La llegada de capitales no garantiza desarrollo si no va acompañada de gobernanza, planeación y capacidad técnica.
El nearshoring es más que una tendencia: es un parteaguas. Y en Tamaulipas, podría marcar el inicio de un nuevo ciclo económico… o bien, la confirmación de que una buena ubicación no es suficiente sin estrategia.
IED captada por estado en 2024 (millones de USD)
Parques industriales registrados por estado