Jorge Lara
Los Juegos Olímpicos de París 2024 han llegado a su fin, la llama olímpica se extinguió tras 19 días de una maravillosa fiesta deportiva en la capital francesa que nos llevó a emocionarnos con las hazañas de los atletas, que nos regaló grandes postales y que nos demostró que los sueños se pueden lograr siempre y cuando la dedicación, el trabajo y la perseverancia estén presentes en el camino.
Esta edición, la trigésima tercera, nos dejó también muchas cosas en qué pensar en cuanto al deporte mexicano, nos ha vuelto a dejar de manifiesto que en México el deporte no es prioridad y que lamentablemente para los gobiernos es más importante los intereses propios que la mejora de la sociedad a través de motores como lo pueden ser la cultura, el arte, la educación y el deporte.
Confirmamos que la estructura deportiva en nuestro país está oxidada y en ruinas, y que el éxito que sale a flote en un evento de esta magnitud se debe a esfuerzos individuales o de un pequeño círculo de personas que durante media vida o más, hacen esfuerzos y sacrifican un sinfín de cosas en busca de cumplir el sueño.
Más recursos no siempre significa éxito, sin embargo, claro que ayudan y son importantes, abren las puertas para una mejor alimentación, un mejor descanso, una mejor preparación y un mejor fogueo durante los procesos olímpicos, sin recurso, el atleta aunque tenga un hambre voraz, poco puede hacer para saciarse.
Es por eso que hoy debemos reconocer el esfuerzo, la dedicación, el pundonor y el coraje de todos los atletas mexicanos que entrenan día a día, que buscan la manera de prepararse mejor, que encuentran la forma de llegar a sus competencias locales, estatales, nacionales y continentales que les permite lograr la clasificación a un campeonato mundial o unos Juegos Olímpicos. Reconocimiento también para sus entrenadores y familias que recorren ese viacrucis con ellos, que solo ellos conocen las dificultades, los obstáculos, los tropiezos y fracasos que se presentan en el camino, pero también los ayudan a sobrepasarlos sacrificando vacaciones, días de descanso, gastos a veces imposibles de pagar y muchas otras cosas más.
Es por eso que, Prisca, Osmar, Juan Manuel, Marco, Alejandra, Ana Pau y Angela, siéntase orgullosos de estas medallas, sepan que también nosotros estamos orgullosos de ustedes y que sabemos que esas preseas son solo suyas y de su gente, que entendemos que a los gobiernos,a los directivos y demás personajes que se las quieren colgar, no les pertenecen porque podrán presumirlas por ustedes, pero es a pesar de ellos, que ustedes han logrado cumplir el sueño que siempre persiguieron y en el que muy pocos creyeron.
A los gobiernos, apuesten más por el deporte, no importa en qué nivel estés, municipal, estatal o federal, es el deporte, la educación, la cultura y la salud lo único que puede salvar a este país de muchos de los problemas que hoy se viven, son lo único que puede darnos esperanza para recuperar el tejido social tan deteriorado que hoy tenemos, no se trata de
los anteriores, se trata del presente y lo que hacemos por el futuro. Apuesten por el deporte créanme, no se van a arrepentir.