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6 octubre,2024
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Opinions

Cuando Aprender Pierde su Encanto: Reavivando la Curiosidad en la Educación Superior

Por Mónica Luengas

En el corazón de la Europa medieval, surge la Universidad de Bolonia a finales del siglo XI, no solo como una institución, sino como una comunidad ferviente de aprendizaje.

La Chispa Original de la Educación Universitaria

Era la era del «studium generale», donde el conocimiento no se veía como un medio para un fin económico, sino como un fin en sí mismo. Estudiantes de diversas procedencias se unían, guiados por un hambre insaciable de saber, y en su esfuerzo por aprender, exigían la enseñanza de los mejores eruditos de la época.

Avanzamos rápidamente al presente y observamos un paisaje educativo muy diferente. En la actualidad, muchas personas persiguen la educación superior no por la pasión de aprender, sino como un requisito para mejorar sus oportunidades laborales. Este pragmatismo, aunque necesario, a menudo opaca el asombro y la maravilla del verdadero aprendizaje.

¿Qué nos dice la Estadística? Reflejando esta transición, los datos modernos nos muestran una realidad contundente. En México, sólo un pequeño porcentaje de la población alcanza niveles de maestría o doctorado. 

Según el INEGI, sólo el 3.9% de los mexicanos mayores de 25 años poseen una maestría, y menos del 0.9% ha alcanzado el grado de doctorado(Carreras Universitarias). Estas cifras no solo reflejan las barreras económicas y de tiempo, sino también un posible desinterés subyacente en la profundización del conocimiento más allá de la licenciatura.

¿Cómo podemos entonces reavivar la curiosidad que una vez fue el corazón del aprendizaje universitario? 

La clave podría estar en volver a conectar el currículo con las pasiones e intereses individuales de los estudiantes, integrando métodos de enseñanza que fomenten la exploración y la creatividad más allá de las exigencias laborales.

La educación superior no debe ser vista meramente como un camino vertical de crecimiento académico, sino como una expansión horizontal en la adquisición de conocimiento. Participar en la educación continua es un acto de valentía, un compromiso con el crecimiento personal que desafía las barreras del tiempo y del costo.

Es un reflejo de la curiosidad intrínseca que impulsa a los individuos a ir más allá, a explorar nuevos horizontes académicos y profesionales.

Atrévete a retarte a ti mismo, a redescubrir tu pasión por aprender. Ya sea que este deseo te lleve a un curso corto o a la profundidad de una maestría o un doctorado, recuerda que cada paso en la educación es un paso hacia el descubrimiento de tu propio potencial. 

Como bien lo subraya el eslogan de la UNE, «tu potencial» es inmenso, y el camino del aprendizaje es infinitamente amplio y lleno de posibilidades.

La educación es más que la obtención de grados; es la constante expansión de nuestra comprensión del mundo y de nosotros mismos. Mantén viva tu curiosidad, porque es la llave que abre todas las puertas del conocimiento y la innovación.

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