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6 octubre,2024
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Opinions

La importancia de “Los detalles”

Por David González

La tecnología avanza tan rápido que son pocos los negocios que le pueden seguir el paso, sin embargo, me pregunto, ¿por qué algunas marcas o empresas siguen teniendo éxito sin aún estandarizar sus procesos, utilizar software avanzado o simplemente sin necesidad de estar en las redes sociales de forma constante?

¿Qué debe de contener esta “fórmula del éxito”?

en donde los clientes regresan constantemente, pagan los precios sin quejarse, recomiendan a familiares o amigos, hacen fila para esperar a ser atendidos, etc. En otras palabras, ¿Qué hacen estos negocios para lograr estos resultados?

Entiendo que hay múltiples factores para que esto suceda, desde mantener la calidad de los insumos, la atención y el servicio a los clientes, una correcta estrategia de mercadotecnia y comunicación, procesos simples y fáciles de replicar, talento humano motivado, líderes y supervisores con empatía, entre muchos otros más… Sin embargo, aún cumpliendo estos aspectos, hay algo que hace la diferencia entre los negocios “Buenos” y los “Extraordinarios”

Según la RAE, ser Extraordinario se define como:

1. adj. Fuera del orden o regla natural o común. extra excepcional, asombroso, singular, raro, extraño, inusual, inhabitual, impresionante, sensacional, sorprendente, sobresaliente.

Y ahora que conocemos el concepto y la necesidad de sobresalir en un mundo lleno de competidores (que, además, no todos practican la lealtad ni el respeto por los conceptos ajenos) ¿Cuál es el siguiente paso? ¿Cómo empezamos a convertir nuestra marca o empresa en un negocio “Extraordinario”?

Y la primera respuesta que me llegó a la mente fue: “Necesitamos empezar a observar en lugar de sólo ver, necesitamos empezar a escuchar en lugar de sólo oír, necesitamos empezar a apreciar todos los detalles implicados en los procesos y que son fundamentales para diferenciarnos de los competidores”.

La experiencia de mis trabajos anteriores me ha enseñado a tomar un tiempo para contemplar lo que sucede en los negocios y siempre que puedo, me doy un momento para apreciar todas las perspectivas: cómo lo ve el dueño del negocio, el colaborador y lo más importante, cómo ve las cosas el cliente.

Hay algunas preguntas que dejaría en esta nota para que los empresarios y emprendedores puedan diagnosticar si su esfuerzo es el suficiente para convertir su negocio en uno Trascendente.

– ¿A qué le dedico más tiempo, a la operación o a la planeación?

– ¿Por qué hago lo que hago, cuál es mi fuente de inspiración?

– ¿Qué ofrezco yo, que mis competidores no tienen y que probablemente nunca podrán tener?

– ¿Cuándo me doy el tiempo de replantear si estoy cumpliendo con el objetivo de mi negocio, pero, sobre todo, si estoy siendo congruente con el propósito del mismo?

Sería interesante contemplar un ejercicio como el anterior de vez en cuando; y aunque contestar estas preguntas no significa que cumplimos los requisitos, simplemente es un inicio para cuestionar cómo estamos y hacia dónde vamos.

Todos los que trabajamos en una empresa o negocio propio, somos responsables de cuidar hasta el más mínimo detalle, la diferencia está en quien sí se preocupa por sobresalir y quien sólo se preocupa por cumplir…

Hoy es momento de Trascender,

Yo soy TRASCEN/DENTE.

David González Rodríguez.

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