Redacción
La guerra de aranceles entre Estados Unidos y China ha alcanzado un punto de máxima tensión, caracterizado por una escalada significativa de medidas económicas entre ambas potencias.
A continuación, ALTHER te resume los eventos clave hasta la fecha:
La guerra comercial comenzó formalmente en 2018, durante el primer mandato de Donald Trump, cuando EE.UU. impuso aranceles a productos chinos por valor de 50 mil millones de dólares, alegando prácticas comerciales desleales, robo de propiedad intelectual y transferencias forzadas de tecnología.
China respondió con aranceles a productos estadounidenses, como la soja, marcando el inicio de un conflicto de represalias.

Aunque en 2020 se firmó un acuerdo de «Fase 1» que buscaba reducir tensiones, los objetivos comerciales no se cumplieron plenamente, en parte debido a la pandemia de COVID-19.
Con la administración de Joe Biden (2021-2025), los aranceles de Trump se mantuvieron y se añadieron medidas específicas contra sectores estratégicos chinos, como semiconductores y vehículos eléctricos, enfocándose en limitar el acceso de China a tecnología avanzada.
Sin embargo, el comercio bilateral continuó siendo robusto, superando los 530 mil millones de dólares en los primeros 11 meses de 2024.Tras el regreso de Trump a la presidencia en enero de 2025, la guerra arancelaria se intensificó.
El 1 de febrero, EE.UU. impuso aranceles del 25% a México y Canadá, y del 10% a China, justificándolos como una medida para frenar el tráfico de fentanilo y reducir el déficit comercial.
China respondió el 4 de marzo con aranceles del 15% a productos agrícolas y energéticos estadounidenses, además de restricciones a empresas norteamericanas.
A lo largo de marzo, Trump ajustó su estrategia con exenciones temporales y amenazas de incrementos mayores, mientras China mantuvo una postura de negociación moderada pero firme.

El 2 de abril, Trump anunció aranceles «recíprocos» con un mínimo del 10% a todas las importaciones globales, elevando los gravámenes a China al 34% adicional (sumando un total del 54% con tasas previas).
Pekín contraatacó el 4 de abril, imponiendo aranceles del 34% a todos los productos estadounidenses a partir del 10 de abril, junto con controles a exportaciones de tierras raras y una demanda ante la OMC, denunciando violaciones al comercio multilateral.
Trump, en respuesta, amenazó el 7 de abril con elevar los aranceles a China al 104% si no revertía sus medidas antes del 8 de abril.
China no cedió, y el 9 de abril, EE.UU. implementó este arancel histórico del 104%, mientras Pekín anunció un aumento al 84% sobre bienes estadounidenses, afirmando que «luchará hasta el final».
Esta escalada ha generado caídas en los mercados globales, temores de recesión y críticas de aliados como la Unión Europea, que prepara contramedidas.
Hasta hoy, no hay señales de desescalada, y el conflicto amenaza con redibujar el comercio mundial, afectando cadenas de suministro, precios al consumidor y relaciones geopolíticas.