De los cuatro países latinoamericanos miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), Colombia presenta la inflación más alta, con un 7.2% anual hasta junio, mientras que México sigue de cerca con una tasa del 4.7%.
En contraste, Costa Rica se destaca como la nación más exitosa en el proceso de desinflación, a pesar de las presiones globales derivadas de la pandemia, los confinamientos y las distorsiones causadas por conflictos geopolíticos. Según los datos de la OCDE hasta junio, Costa Rica ha reducido su índice de precios generales al 0%, después de alcanzar un pico del 12% en julio de 2022.
El catedrático Alfredo Alfaro señaló que la política monetaria en Costa Rica ha elevado el costo del financiamiento y ha causado distorsiones en los precios de algunos bienes y servicios producidos internamente, los cuales no han disminuido.
Desde San José, citó al presidente del Banco Central de Costa Rica, Roger Madrigal, quien comentó que la diferencia entre la tasa nominal y la inflación debería ser del 1%, algo que no se observa en el país. Esta situación ha encarecido el costo del dinero en Costa Rica y ha desincentivado la inversión, ya que los empresarios, enfrentando una tasa de interés alta y una inflación negativa, son reacios a invertir.
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Vivir de importado y su impacto en los precios
La política monetaria en México sigue siendo restrictiva, como lo explicó la Junta de Gobierno en su anuncio monetario de julio, cuando redujo la tasa de interés a 10.75%. Este recorte de 25 puntos base, similar en magnitud al primero realizado en marzo, marca el inicio de un ciclo de flexibilización, según los analistas.
El experto de Costa Rica señala que su país es «totalmente dependiente de productos importados», incluyendo tanto los bienes de consumo interno como los derivados del petróleo. En 2022, la inflación alcanzó un pico del 12%, unos meses después de la invasión rusa a Ucrania. Este aumento en los precios llevó a la implementación de una política de incrementos en las tasas de interés, que culminó en una tasa terminal del 9%.
Luego, los precios de los productos importados comenzaron a bajar, moderando la inflación en un país tan dependiente de ellos.
«Estamos en una situación anómala. Somos víctimas de nuestro propio éxito, ya que seguimos exportando dispositivos médicos y productos agroindustriales de manera tan exitosa que ingresan muchos dólares. Además, el turismo se ha reactivado y ha traído más dólares, junto con una inversión extranjera directa (IED) récord de 3,500 millones de dólares, que podría superarse este año. Esto ha generado un tipo de cambio bajo, lo que ha reducido los precios de los productos importados», explicó el experto.
La variación anual de los precios en Costa Rica al mes de junio fue de cero, y la tasa de inflación se sitúa en 4.5%, indicando que sigue siendo restrictiva.
Según el banco central de Costa Rica, la tasa nominal alcanzó un máximo del 9% el 1 de marzo de 2023, se mantuvo en ese nivel solo 15 días, y luego comenzó un ciclo de flexibilización, reduciéndose hasta el 4% a través de 10 ajustes.