REGRESA LA JAIBA, MÁS BRAVA QUE NUNCA
Estimados lectores es un placer saludarlos y encontrarnos en este espacio, la revista Alther, en donde a partir de ahora colaboraré con esta columna en la que compartiré algunos puntos de vista sobre el deporte en general. No puedo continuar sin antes agradecer a quienes pensaron en mí e invitaron a ser parte de este proyecto cien por ciento jaibo.
Entrando en materia, podría hablar de algunos temas que acaparan actualmente los titulares en las secciones deportivas, como la Selección Mexicana o los Juegos Olímpicos que como cada cuatro años nos hacen vibrar con los atletas mexicanos que ponen en alto el nombre de nuestro país, a pesar de las carencias, pero hoy hablaremos del Tampico-Madero y su regreso a la Liga de Expansión.
En esta tierra donde los cocodrilos caminan por las calles, los mapaches viven en la playa, los extraterrestres nos protegen de huracanes y el centro no está geográficamente en el centro, el fútbol juega un papel importante en la sociedad, se encarga de unir a dos ciudades en una pasión, en el verdadero corazón de la zona, el Estadio Tamaulipas.
Siempre he pensado que la afición de la Zona Sur es una gran afición, una noble y entregada, que las últimas décadas ha tenido que soportar de todo, equipos poco competitivos, directivas mentirosas, otras oportunistas, proyectos fallidos, traiciones y demás promesas que terminan en nada.
A pesar de todo siempre está ahí, cada quince días con su equipo, no importa si es en un partido, o para ayudar a sembrar el pasto, a pintar gradas o limpiar el lugar. Siempre hay quien quiera ir al Tamaulipas, así de grande es la afición celeste.
Ilusionados con la posibilidad de regresar a primera, con volver a ser aquel equipo al que el Sindicato y ‘La Quina’, impulsaron. Se añoran las goleadas en casa con la humedad a favor, la lluvia de billetes desde el palco de ‘Chava’ Barragán, la fiereza de Rergis y Da Silva, la maestría de Galindo, el pundonor de Panchillo y los goles de Lira. Se vive con la esperanza de encontrar a otro ‘Yaya’, a un Bocco o un De Buen que nos permitan seguir soñando en tiempos difíciles.
Con ese montón de ilusiones y luego de dos años de ganarlo todo en la Liga Premier, el Tampico-Madero vuelve a la División de Plata, gracias al esfuerzo de un grupo de empresarios encabezados por Jesús Nader Nasrallah, y es este personaje quien debe dar esperanza a la afición, pues quizá desde Antonio Peláez y Oscar Hernández no ha habido empresarios tamaulipecos capacitados para darle seriedad a un proyecto. Con ellos hubo equipos competitivos, consumaron ascensos, conocían la región y a sus talentos, pero sobre todo, entendían perfectamente lo que representa el equipo.
Nader cumple con estas características asomando una esperanza para los fanáticos que por enésima vez confiarán en su equipo, en sus dueños y en esa corazonada de que ahora no serán traicionados como siempre. Es una afición en permanente fuera de lugar, siempre uno adelante que sus dueños.
Éxito al Tampico-Madero en esta nueva aventura. Bienvenida nuevamente Liga de Expansión a esta tierra donde las Jaibas son Bravas.