Un estudio publicado este jueves en la revista Cell ha reforzado la teoría de que el COVID-19 se transmitió a los humanos a partir de animales infectados en un mercado de Wuhan, China, a finales de 2019. Aunque los científicos aún no han podido determinar con certeza el origen del virus, la investigación añade evidencia a la hipótesis más apoyada en la comunidad científica.
Los primeros casos de COVID-19 se detectaron en Wuhan, y dos teorías principales han surgido: una sugiere que el virus provino de un laboratorio, mientras que la otra sostiene que se transmitió a través de un animal intermediario en un mercado. Esta última teoría cuenta con mayor respaldo.
El estudio analizó más de 800 muestras recogidas en el mercado, donde se vendían diversas especies de animales silvestres. Aunque los datos no permiten confirmar si los animales estaban infectados, sí se identificó la presencia de especies como perros mapaches, civetas y ratas de bambú en el mercado, en una zona donde se detectó una alta concentración del SARS-CoV-2.
Se encontraron muestras de ADN de animales en jaulas y otros equipos utilizados para la venta, lo que sugiere que estos animales podrían haber liberado el virus. Además, la cepa original del SARS-CoV-2 hallada en el mercado es «genéticamente idéntica» a la de la pandemia en su conjunto, lo que indica que la diversidad precoz del virus se encontraba en ese lugar.
Expertos como James Wood, epidemiólogo de la Universidad de Cambridge, consideran que este estudio proporciona pruebas sólidas de que los puestos de fauna salvaje en el mercado fueron un foco clave en el surgimiento de la pandemia. Destacan la importancia de abordar el comercio de animales silvestres como una medida para prevenir futuras pandemias.
Este estudio resalta la necesidad de reforzar la bioseguridad no solo en laboratorios, sino también en el comercio de animales vivos y la conservación de la biodiversidad, para mitigar los riesgos de enfermedades emergentes.