La adulteración de combustibles en el país ha alcanzado un alarmante 30% del total de las gasolinas vendidas, lo que ha generado aproximadamente 10 denuncias diarias, según Walter Ángel Jiménez, integrante de la Comisión Reguladora de Energía (CRE).
Jiménez destacó que este problema, que afecta desde Tijuana hasta Chiapas y de Tamaulipas a Jalisco, ha desarrollado incluso una industria dedicada a la adulteración de gasolina. Las quejas provienen mayormente de la Ciudad de México, el Estado de México y la zona del Bajío, donde muchos automóviles han dejado de funcionar poco después de llenar su tanque.
El comisionado subrayó la necesidad de una colaboración entre el sector público y privado para combatir este delito, y admitió que la CRE no ha implementado adecuadamente los procedimientos de verificación y seguimiento de la calidad de los combustibles.
Andrés Gutiérrez, director de un laboratorio de control de calidad de combustibles, añadió que la adulteración ocurre durante el transporte y la comercialización, incluso en productos de Pemex. Además, resaltó que la falta de un sistema de refinación que satisfaga la demanda de gasolinas en México obliga a importar, ya que las refinerías no operan a plena capacidad. A pesar de las nuevas refinerías, el sistema seguirá siendo insuficiente.
