El Día del Padre es un momento de convivencia familiar, en el que padres e hijos se reúnen y también puede ser una oportunidad para tratar uno de los temas que más aquejan a las empresas familiares, la sucesión.
En el caso de México, una de cada dos empresas familiares no cuenta con procesos consolidados para el plan de sucesión, lo que a su vez las pone en riesgo, de acuerdo con Centro de Investigación para Familias de Empresarios CIFEM|BBVA de IPADE Business School.
Sin embargo, al hablar de quién tomará el mando en la empresa, suele ser complicado, ya que los fundadores tienen emociones encontradas, pero esto también es una oportunidad para que padres e hijos convivan, explica José Fainsod, presidente del Instituto de la Empresa Familiar Latinoamericana (IEFL).
Despertar el interés de los hijos en el negocio
Los padres son una guía para los hijos en todos los aspectos de la vida, desde darles consejos en su vida personal, pero también pueden involucrarse en el negocio de manera natural y sin presiones.
En este contexto, contemplar a los hijos como primera opción en la sucesión es un proceso que requiere paciencia, el cual es importante que el fundador tenga en cuenta porque solo el 20% de las organizaciones tiene preparado a un candidato, de acuerdo con el estudio.

José Fainsod recomienda que involucrar a los hijos desde pequeños es posible por medio de actividades cotidianas; Por ejemplo, llevarlos ocasionalmente al negocio, como en vacaciones o asignarles actividades de acuerdo a su edad y capacidades.
Hay muchas oportunidades con el transcurso de los años, por ejemplo que hagan sus prácticas profesionales, en donde el padre puede ir incorporando a los hijos a la vida empresarial”.
El equilibrio del acompañamiento en el negocio
Cuando uno de los hijos queda como sucesor, un error común es que los fundadores se retiren totalmente del negocio o que se involucren de más, por lo que debe presentarse el equilibrio dentro del acompañamiento en la sucesión.
En tanto, conocer en qué áreas puede acompañar el sucesor es importante, debido a que las empresas familiares tienen incertidumbre en sus planes a futuro y sólo el 15% de los directores tiene en mente dejar el cargo, pero no sabe cuándo, de acuerdo con la IPADE.

El especialista explica que se puede aprovechar la experiencia, compromiso y conocimiento de la empresa de fundador. Aunado a que se puede desempeñar en otras áreas, la innovación, relaciones públicas, pero que no interfiera con la gestión del negocio o con las actividades del sucesor.
Cabe mencionar que la toma de decisiones en una empresa se llevan a cabo por algún familiar, de los cuales 15% son microempresas, 7% pequeñas empresas y 3% las medianas empresas, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Financiamiento de las Empresas (Enafin).
Pensar en la sucesión es planear el legado familiar
Para que la transición de una generación a otra sea exitosa, el fundador tiene que ser firme con su decisión y comprender que no puede aplazar el momento para dejar el puesto.
Por ende, cuando este cambio se da entre padres e hijos, los padres pueden seguir aconsejando y darles la confianza y tranquilidad al nuevo director general.
Sin embargo, en caso de que los hijos no quieran ser candidatos y prefieren llevar otros caminos, los sucesores deben actuar con tiempo y considerar a otros miembros, como el talento interno.