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Tampico
6 octubre,2024
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Columnas

Crecer entre las aguas

Por Josué Iván Picazo Baños

Desde su fundación en 1823, el casco urbano de Tampico experimentó un rápido crecimiento. Los planos históricos muestran que, en solo un año, al trazo original de dieciocho manzanas y dos plazas se agregaron quince nuevas manzanas, indicio de que el puerto resultaba muy atractivo para los comerciantes y nuevos pobladores debido a su potencial como enlace entre el centro y noreste de México y los puertos de Norteamérica, el Caribe y Europa. 

Entre 1830 y 1870, la urbanización del antiguo Tampico continuó creciendo hacia el este y oeste, así como hacia el norte hasta la laguna del Carpintero (cuya superficie actual equivale el cuarenta por ciento de su extensión original). Para la segunda mitad del siglo XIX, los extremos de Tampico estaban bien definidos: Al este, el canal de la Cortadura; al oeste, la Casa Mata, los desaparecidos cementerios y la línea de trincheras y baluartes; mientras que al norte y al sur, la laguna y el río cercaban la población.

Durante las primeras tres décadas del siglo XX, la bonanza económica provocada por el descubrimiento de hidrocarburos en la Huasteca dio lugar a una explosión demográfica (la población se cuadruplicó entre 1910 y 1920). En consecuencia, se registró una acelerada expansión del casco urbano: Se construyeron nuevas colonias a ambos costados de la avenida de los Hombres Ilustres (avenida Hidalgo) y surgieron barriadas en la periferia, como el Golfo, las márgenes de la laguna del Carpintero, la Puntilla (colonia Morelos) y el relleno del río Tamesí, así como en Árbol Grande, Doña Cecilia y Miramar (hoy Ciudad Madero).

Durante la década de 1930, el crecimiento de la ciudad se estabilizó. Para mediados de siglo, la carretera a Ciudad Madero (avenida Ejército Mexicano) marcaba el límite norte de la mancha urbana y, al llegar por la carretera Tampico-Mante, la entrada a la ciudad estaba señalada por una estructura de metal —el arco petrolero de Pemex—, que se ubicaba cerca del actual cruce de avenida Hidalgo y calle Francita.

De forma paralela al crecimiento poblacional que se registró en el país desde 1950, en Tampico la segunda mitad del siglo pasado se caracterizó por la desaparición de los antiguos ejidos y ranchos, donde se construyeron viviendas de interés social y donde también surgieron enormes asentamientos irregulares que más tarde dieron lugar a las colonias del norte de la ciudad. Al iniciar el siglo XXI, la expansión de la mancha urbana continuó hasta alcanzar sus proporciones actuales. 

Salvo por la extensa superficie que ocupan los embalses, tulares y manglares del sistema lagunario del río Tamesí, Tampico prácticamente se ha quedado sin territorio, lo cual obliga a reconsiderar los planes de desarrollo de la ciudad. El bienestar de Tampico dependerá de que se emprendan proyectos que impulsen la economía, pero que, al mismo tiempo, respeten y revitalicen el patrimonio arquitectónico, procuren el equilibrio ecológico y garanticen la justicia social: todo un reto para los porteños del presente y del futuro. 

Pie de foto: Vista de Tampico hacia 1925, época en la que se registró un súbito crecimiento poblacional impulsado por la industria petrolera.

Fuente: DeGolyer Library, Southern Methodist University

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