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6 octubre,2024
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ColumnasTecnología

Fórmula para el desastre en redes sociales 

Existe una guía no escrita sobre todo lo mal que debes hacer para mendigar likes o hacer de tu estrategia digital electoral un completo desastre, lo curioso es que aunque no está escrita parece que todos la leen y la sigue al pie de la letra les cuento. 

Alguna vez, en una de las clases que imparto en el Colegio de Imagen Pública sobre redes sociales, tecnología y política describía los elementos que ayudan a hacer contenidos relevantes a lo que una alumna me dijo: “claro, son guapos así me van a ver” y en parte tenía razón. Sin embargo, en los últimos cuatro años la tendencia del algoritmo ha privilegiado el interés por el contenido que el atractivo físico, esto se logró con la irrupción de TikTok frente a Instagram donde solamente importaba la estética y la perfección mientras que Tiktok era permisivo en que las cosas salieran mal, aquí la lógica era que entre más natural o imperfecto más viral, por primera vez llegó la oportunidad de los políticos para ser naturales y llegar a más audiencias. 

 La mala noticia es que la oportunidad ha estado muy desaprovechada, una de las primeras reglas de la guía del desastre es creer que tu oponente en redes sociales es tu oponente político cuando la realidad es que en las redes realmente compites contra el resto de creadores de: maquillaje, videojuegos, comedia o memes, esto es importante porque ante el usuario tu video puede aparecer después de una joven que baila o antes de un comentarista, el usuario no decide seguir a sus candidatos nada más, sigue a 300 o 700 perfiles y en algún momento tendrás la oportunidad de aparecer quizá.

Otro error para el desastre es hacer de tus redes sociales un informe de actividades, a los políticos les encanta romantizar estar ocupados, mientras que al público no le interesa si tuviste una reunión y te tomaste una foto, le interesa más que hagas una historia con esa información. Otro error es utilizar al becario para producir contenidos sólo porque “sabe usar el TikTok”, el problema no es ser joven, el problema es que este trabajo se debe profesionalizar, conocer el algoritmo, conocer qué contenidos están prohibidos por las normas de la comunidad. El último error que siguen es no “crear comunidad”, algunos políticos prácticamente no siguen a nadie, no responden, no interactúan pareciera que sólo por ser candidatos ya deben tener seguidores y ya. 

Si analizamos las cuentas de muchos políticos en Facebook veríamos que prácticamente todos siguen esta fórmula del desastre con contenidos aburridos y acartonados es más, muchos políticos se rehúsan a tener una cuenta de TikTok porque no quieren hacer el ridículo o bailar cuando desconocen que la plataforma es mucho más que eso, este es un momento histórico para las redes sociales y su rol dentro de la democracia, no aprovecharlo si sería el mayor desastre.

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