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21 septiembre,2024
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La caída del peso mexicano frente al yen está poniendo en jaque las operaciones de «carry trade»

La fuerte caída del peso mexicano después de la contundente victoria de la izquierda en las elecciones del pasado domingo ha tenido repercusiones esta semana en mercados de divisas tan distantes como los de Hungría y Turquía, dejando a los inversores preguntándose si continuará el desmantelamiento de las populares operaciones de «carry trade».

El «carry trade» implica pedir prestado en monedas con tasas de interés bajas, como el yen japonés o el franco suizo, para luego invertir en monedas con tasas de interés más altas, como el peso mexicano o, más recientemente, el dólar.

La popularidad del carry trade ha aumentado a medida que las tasas de interés divergían en todo el mundo y la volatilidad de los mercados se mantenía baja.

Sin embargo, la drástica caída del peso frente al yen esta semana, con una caída del 4.4% el lunes, su mayor declive diario desde la crisis de Covid-19, es una señal de que los inversores están retirándose rápidamente de algunas de sus operaciones favoritas y más rentables.

Este miércoles, la volatilidad persistió, con una marcada caída del yen frente al dólar, lo que llevó a los inversores a cuestionar la viabilidad del enfoque tradicional.

Las sacudidas electorales se hicieron sentir en los mercados financieros globales. La noticia de la amplia victoria de Claudia Sheinbaum en las elecciones presidenciales de México provocó una caída del peso, con los mercados preocupados por posibles reformas constitucionales y su impacto en la relación comercial con Estados Unidos.

Por otro lado, la rupia india también experimentó turbulencias el martes, ya que quedó claro que el primer ministro Narendra Modi, conocido por sus políticas favorables a los mercados, perdería su mayoría absoluta.

Estas dos caídas generaron fuertes oscilaciones en los mercados emergentes, lo que también afectó a otras divisas populares como el forint húngaro y la lira turca. Las monedas de financiación de bajo rendimiento, como el yen, experimentaron un alza, mientras que el euro y el dólar mostraron un rebote.

La volatilidad representa una gran amenaza para las operaciones de «carry trade». Un aumento en la divisa en la que los inversores se endeudan, o una caída en la divisa en la que invierten, puede erosionar las ganancias derivadas de los diferenciales de rendimiento.

«Mi impresión es que los operadores han liquidado en gran medida estas operaciones y se han retirado del mercado», comentó Neil Jones, ejecutivo de ventas de divisas de TJM Europe. «Es posible que el mercado aún mantenga algunas operaciones de carry trade a largo plazo, pero ciertamente en una escala mucho menor que hace 48 horas».

Sin embargo, algunos ven esta situación como una oportunidad. «Con la caída del peso/yen en un 6.3% en dos días, nos preguntamos si la sacudida ha terminado en su mayoría y si este es el momento de volver a participar», expresó Chris Weston, jefe de investigación de Pepperstone.

Los inversores deberán sopesar una serie de factores al decidir si retoman las estrategias de «carry trade». Turner, de ING, señaló que los mercados estarán muy atentos a las políticas de Sheinbaum y a la trayectoria del dólar estadounidense, que es el principal impulsor de las divisas mundiales.

«En México, parece que las autoridades locales ya están tratando de calmar a los inversores respecto a las posibles preocupaciones fiscales», señaló.

«A nivel internacional, creemos que un escenario de tasas estadounidenses ligeramente más bajas y un dólar más débil podrían respaldar el entorno de riesgo, reducir la volatilidad y limitar una nueva liquidación en el carry trade».

También existe una preocupación considerable sobre la posible evolución del yen. Otro factor que ha impulsado al alza a la divisa japonesa esta semana ha sido la especulación de que el Banco de Japón podría aumentar las tasas de interés en julio, y sus funcionarios han advertido que están monitoreando de cerca los movimientos del yen.

La intervención sigue siendo una amenaza, después de que las autoridades japonesas gastaron 62,000 millones de dólares en apuntalar la moneda hace aproximadamente un mes. Un repunte del yen, que este año ha caído a mínimos de 34 años, podría generar más problemas para el carry trade.

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