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21 septiembre,2024
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Negocios

Descubre a la startup que asiste a las escuelas en la implementación de restricciones sobre el uso de celulares.

Martin Russell, un profesor de historia en la escuela Richardson High School en Texas, ha enseñado sobre la Edad Dorada muchas veces, pero este año la experiencia ha sido diferente. Ocho escuelas del distrito implementaron una nueva política que obliga a los estudiantes a guardar sus teléfonos en bolsas desde el inicio hasta el final del día. Antes de que las clases comiencen, 2,800 estudiantes ingresan con sus teléfonos en la mano, los apagan y los colocan en las bolsas provistas por la escuela, las cuales permanecen selladas hasta la salida.

Russell notó un cambio significativo en la atención y participación de los estudiantes: “La diferencia es como el día y la noche. Los estudiantes se han vuelto a involucrar conmigo y no tengo que repetirme constantemente, como antes cuando tenían sus teléfonos”. Este cambio en Richardson es parte de un movimiento creciente para restringir los teléfonos no solo en las aulas, sino también en otras áreas comunes de la escuela. La tecnología clave que impulsa este movimiento es una bolsa magnética patentada de Yondr, una startup de San Francisco, que se utiliza para mantener los teléfonos inaccesibles durante el día escolar.

El uso de estas bolsas ha crecido en varias escuelas y estados debido a preocupaciones sobre el impacto negativo de las redes sociales en la salud mental de los adolescentes. Dugoni, fundador de Yondr, destaca que ofrecer a los estudiantes un tiempo sin acceso a la tecnología digital es crucial para su desarrollo. Este enfoque ha sido adoptado en numerosos distritos escolares y ha generado contratos lucrativos para Yondr, que ahora opera en más de 50 estados y varios países.

Aunque la implementación de estas políticas ha enfrentado desafíos, incluyendo resistencia de estudiantes y padres, la empresa ha superado estos obstáculos al ofrecer un programa integral que apoya a las escuelas en la transición. La respuesta de los estudiantes y administradores ha sido positiva, con mejoras notables en el comportamiento y el rendimiento académico. Además, movimientos como el de Escuelas sin Teléfono buscan ayudar a más instituciones a crear ambientes educativos libres de distracciones tecnológicas, enfocándose en el bienestar y la seguridad de los estudiantes.

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