Moscú — El impacto de dos misiles balísticos Iskander-M rusos en el Instituto Militar de Comunicaciones de Poltava, en el centro de Ucrania, dejó al menos 50 muertos y más de 200 heridos, según reportes recientes. El ataque ocurrió a unos 120 kilómetros de la frontera con Rusia.
El presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, informó en su cuenta de Telegram sobre las fuertes explosiones que afectaron «el territorio de una institución educativa y una clínica vecina», resultando en la destrucción parcial de uno de los edificios del Instituto de Comunicaciones. Zelensky indicó que se habían rescatado a muchos de los atrapados bajo los escombros y expresó sus condolencias a las familias de las víctimas. La cifra de heridos supera los 180, y el número de muertos fue inicialmente reportado como 41. Más tarde, la oficina del fiscal general de Ucrania elevó la cifra a 51.
Por otro lado, la agencia oficial rusa TASS reportó que “más de 300 militares ucranianos murieron o resultaron heridos” en el ataque, citando a una fuente anónima del “entorno militar” ruso, e incluyendo en el informe a instructores extranjeros.
Zelensky pidió una «investigación exhaustiva y rápida» del ataque, que, según el Ministerio de Defensa ucraniano, ocurrió de manera sorpresiva sin tiempo suficiente para evacuar a las personas. El servicio de prensa castrense detalló que el lapso entre las sirenas de alerta y el impacto de los misiles fue demasiado corto, lo que dejó a muchos atrapados al intentar llegar a refugios antiaéreos.
En un mensaje a Estados Unidos y sus aliados, Zelensky destacó la necesidad urgente de más sistemas de defensa antiaérea y misiles de largo alcance para proteger a Ucrania del ataque ruso, subrayando que cada retraso en el suministro de armamento occidental resulta en la pérdida de vidas.
No obstante, Zelensky no mencionó que la «institución educativa» era una de las principales academias militares ucranianas, dedicada a la formación de especialistas en comunicaciones y guerra electrónica, y que la mayoría de las víctimas eran oficiales y soldados. Desde la perspectiva del Ministerio de Defensa ruso, el instituto constituía un «objetivo militar legítimo».
Este ataque ha suscitado críticas en las redes sociales ucranianas hacia Zelensky, especialmente por la percepción de que su gobierno no ha tomado en cuenta las advertencias sobre el riesgo de ubicar bases militares en áreas densamente pobladas. Amnistía Internacional ya había señalado este peligro en 2022, y recibió críticas y boicot por parte del gobierno ucraniano.
El analista militar ucraniano Yuri Butusov, con gran seguimiento en Facebook, comparó el ataque en Poltava con incidentes anteriores en los que el ejército ruso causó numerosas bajas debido a la falta de medidas de seguridad. Exigió «consecuencias serias» para quienes permitieron que ocurriera este ataque.
Sergui Sternenko, otro experto ucraniano, afirmó en la red social X que la tragedia podría haberse evitado si se hubieran aplicado las reglas de seguridad. El periodista Ilia Ponomarenko también pidió responsabilidades, destacando que Zelensky prometió investigar el incidente, pero pidió una acción concreta para evitar que se repita.
La diputada Mariana Bezugla, crítica de la cúpula militar ucraniana, expresó su frustración sobre la falta de castigo y las repetidas tragedias, instando a una acción más efectiva para evitar que tales incidentes vuelvan a ocurrir.