En Tula de Allende, Hidalgo, Salvador Nery, titular de la Secretaría de Seguridad Pública del estado, informó sobre la detención de 120 personas que portaban palos y machetes, además de que se confiscó un arma de fuego de 9 milímetros y varios cartuchos. Esto ocurrió cuando intentaron irrumpir en la planta Jasso de la cementera Cruz Azul.
Nery explicó que también se confiscicaron un autobús con placas de Oaxaca y un vehículo Cherokee del Estado de México. A las 6 de la mañana, se detectó la llegada de cuatro autobuses y camionetas con cerca de 300 individuos que buscaban tomar la planta. De ese grupo, 120 fueron capturados, mientras que el resto escapó hacia el Estado de México.
Durante la conferencia, el funcionario no confirmó si hubo heridos o muertos. Según un video de pobladores, tres jóvenes fueron detenidos por la policía estatal, quienes afirmaron que habían irrumpido para cobrar “un dinero”. Los residentes de Jasso señalaron que un grupo armado llegó en varios vehículos e intercambió disparos con personas dentro de la planta.
La planta, emblemática para Cruz Azul, ha estado inactiva durante dos años debido a un corte de energía eléctrica ordenado por la Comisión Federal de Electricidad (CFE) a petición de Víctor Manuel Velázquez, presidente del Consejo de Administración, ya que la planta está en manos de un grupo ajeno a la cooperativa desde 2020.
Este grupo está vinculado al ex presidente del Consejo, Guillermo Álvarez Cuevas, y a Federico Sarabia Pozo, quien se autodenomina su sucesor a pesar de haber sido desautorizado en varios juicios por Velázquez. Los seguidores de Álvarez Cuevas argumentan que el grupo armado fue enviado por Velázquez para intentar recuperar la planta, mientras que el abogado Eugenio Olvera Pérez, vinculado a Velázquez, declaró que el conflicto es entre los partidarios de Álvarez Cuevas.
Olvera Pérez explicó que la falta de producción de cemento, ocasionada por la carencia de electricidad e insumos, ha dejado al grupo de Álvarez Cuevas sin recursos para pagar a sus seguidores. Añadió que tras perder varios litigios para apoderarse de la planta y frente a la falta de producción, Federico Sarabia se vio obligado a huir ante las exigencias de su grupo por salarios y prestaciones. Finalmente, Olvera Pérez compartió un comunicado oficial de la cooperativa en el que Velázquez se deslinda del enfrentamiento.