El calentamiento global acelerará el deshielo del permafrost, lo que a su vez intensificará de manera abrupta los incendios forestales en las regiones subárticas y árticas de Canadá y Siberia. Este hallazgo proviene de un estudio publicado en Nature Communications, realizado por un equipo internacional de científicos del clima y expertos en permafrost.
Las tendencias recientes indican que las condiciones cálidas y secas ya han aumentado la frecuencia de incendios en la región ártica. Para entender cómo el calentamiento antropogénico afectará la ocurrencia de estos incendios, es crucial considerar el papel del deshielo del permafrost, que influye en el contenido de agua del suelo, un factor clave en la propagación de incendios. Los modelos climáticos anteriores no habían abordado adecuadamente la interacción entre el calentamiento global, el deshielo del permafrost y los incendios.
El estudio utiliza datos del modelo Community Earth System Model, que captura la relación entre el agua del suelo, el permafrost y los incendios. Los investigadores realizaron 50 simulaciones que abarcan desde 1850 hasta 2100, separando el impacto de las emisiones de gases de efecto invernadero de las variaciones climáticas naturales.
Los resultados sugieren que para mediados o finales del siglo XXI, el deshielo del permafrost será extenso, lo que provocará una rápida caída en la humedad del suelo, el calentamiento de la superficie y un aumento en los incendios. La doctora In-Won Kim, autora principal del estudio, señala que las simulaciones indican un cambio abrupto de prácticamente ningún incendio a incendios muy intensos en pocos años.
Además, el aumento de la biomasa vegetal en estas áreas, debido a las mayores concentraciones de CO2, proporcionará más combustible para los incendios. La profesora Hanna Lee, coautora del estudio, destaca la necesidad de mejorar los procesos hidrológicos en los modelos para simular mejor la degradación del permafrost.