Al finalizar su mandato, el presidente Andrés Manuel López Obrador deja varios desafíos económicos al nuevo gobierno de Claudia Sheinbaum, como fomentar un mayor crecimiento, disminuir el déficit fiscal y generar confianza para atraer inversiones, según analistas del mercado.
La pandemia de Covid-19 fue uno de los mayores obstáculos para la administración actual, provocando una contracción del 8.4% en 2020, aunque ya en 2019 la economía había disminuido un 0.4%. Según Gabriela Siller, directora de análisis económico-financiero de Grupo Financiero BASE, esta caída en 2019 se atribuyó a la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México. Además, las reformas constitucionales, especialmente la relacionada con el Poder Judicial, aumentan el riesgo de una posible recesión en el futuro cercano.
Siller advirtió que, tras la reforma, la economía podría experimentar un prolongado estancamiento, similar a lo sucedido tras la cancelación del aeropuerto. Esto dependerá en gran medida de la confianza de los empresarios e inversionistas extranjeros en México y de cómo afecte a los proyectos de inversión y la contratación.
El Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF) también coincidió en que el crecimiento económico representará un gran desafío, ya que durante el mandato de AMLO, el crecimiento promedio fue de solo 0.9%. Además, señalaron que México ha tenido un crecimiento más lento en comparación con otros países latinoamericanos desde la pandemia, lo que se considera una preocupación importante.
Los expertos económicos consultados por el Banco de México prevén un aumento del PIB de 1.6% en 2024 y de 1.5% en 2025, mientras que el Fondo Monetario Internacional espera un crecimiento de 2.2% en 2024 y de 1.6% en 2025. La agencia calificadora HR Ratings también advirtió que el ajuste del gasto público y la incertidumbre por el cambio de administración afectarán las perspectivas de crecimiento, revisando su estimación para 2025 a 1.10%, desde un 1.80% anterior.
Además, el nuevo gobierno tendrá que abordar el déficit fiscal, que se espera cierre en 2024 alrededor del 5.9%, lo que resultará en un menor gasto público y podría limitar el crecimiento económico. El IMEF destacó la necesidad de crear un entorno propicio para la inversión privada, vital para el crecimiento futuro, un reto que se ha intensificado con la reciente reforma judicial, generando desconfianza en los inversionistas.
Finalmente, se alertó que si continúan las reformas constitucionales que amenazan la autonomía de ciertos organismos y la estabilidad en el T-MEC, el crecimiento económico podría seguir desacelerándose, con posibilidades de crecimiento nulo o incluso negativo en 2025.