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5 octubre,2024
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Estado

El huracán ‘John’ ha tenido un impacto devastador en Puerto Marqués, asestando un duro golpe a la economía local

Acapulco, Gro. Los restauranteros de Puerto Marqués apenas comenzaban a recuperarse del huracán Otis, que azotó la región en octubre pasado, cuando el huracán John les ha causado daños incalculables.

En la parte final de la calle Miguel Alemán, a la altura del Bloque 3, 16 establecimientos colapsaron debido a las intensas lluvias y las inundaciones, que generaron dos grandes socavones repletos de lanchas, tubos de drenaje, arena y asfalto destrozado.

Silvia Dámaso García, quien ha dirigido el restaurante Naty durante más de 50 años, lamentó: «Es como si nunca hubiéramos existido». Relató que la situación se volvió crítica la noche del jueves, cuando las corrientes del río y de la Laguna Negra arrasaron la zona. «Tuvimos que salir a las 10 de la noche, teníamos mucho miedo. Nunca habíamos visto algo así; toda la zona de restaurantes quedó afectada. Hacemos un llamado al gobierno, es nuestra fuente de ingresos».

Entre los establecimientos afectados se encuentran Pepes Club, Celia, Lucerito, La Chiquita, María de Jesús, Charly, Linda, Victoria y Xóchitl.

Martín Ramírez expresó: «Nunca habíamos visto algo así. Gracias a los socavones, el agua pudo fluir al mar. Ya la teníamos hasta el cuello; no la hubiéramos contado». Resumió la situación con un doloroso «volvimos a perder todo».

Los habitantes comenzaron a sacar pertenencias a la calle para limpiar sus propiedades, pero el panorama en esta localidad turística es desolador. Junto a los socavones y los negocios destruidos, se acumulan montones de basura, ramas, colchones, electrodomésticos dañados y lodo.

Gumersindo Palma Martínez, ejidatario de Puerto Marqués, lamentó: «Estamos en una situación crítica. Puerto Marqués está hundido, no tenemos trabajo, no tenemos comida, no sabemos qué hacer». Lupita, una vecina, explicó que el agua llegó hasta la iglesia y que tuvieron que evacuar a sus vecinos en lancha.

Mauricio Rodríguez, quien perdió seis vehículos, comentó que su familia ha pasado dos días limpiando su casa. Reflexionó: «Nos confiamos. Nunca pensamos que se fuera a inundar así», mientras observaba los socavones.

Los comerciantes y residentes miran al horizonte, cargados de cansancio y dudas sobre el futuro. Elementos del Ejército Mexicano han estado ayudando en la limpieza, y este domingo limpiaron más de 80 casas, sacando agua, lodo y muebles dañados.

Mientras tanto, en otras áreas de la zona Diamante, la actividad comienza a reactivarse. En la colonia La Esperanza, los vecinos han conseguido maquinaria para limpiar las calles cubiertas de arena y lodo. «Estuvimos cinco días encerrados», compartió Ángel.

El tráfico en el corredor Cayaco-Puerto Marqués sigue siendo problemático debido al lodo, aunque el Bulevar de las Naciones fue despejado el sábado por la tarde. La avenida Escénica ya permite el paso, pero con precaución debido a los escombros y un nuevo socavón.

Ayer, el sol salió brevemente en Acapulco, pero fue rápidamente cubierto por nubes. El Aeropuerto Internacional de Acapulco sigue cerrado para operaciones comerciales, tras el desbordamiento de la laguna de Tres Palos, aunque se están realizando vuelos de rescate.

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