Hiromi Hayakawa, exintegrante de la tercera generación de La Academia, dejó una marca imborrable en el espectáculo mexicano. Aunque no ganó el reality show, se destacó como una de las favoritas del público. Su carrera despegó después del concurso, especialmente en el teatro musical, donde encontró su verdadera vocación. Trágicamente, su vida fue interrumpida, dejando un legado de talento y una conmovedora historia.
Nacida en Fukuoka, Japón, pero criada en México, Hiromi siempre se consideró mexicana. Durante su participación en La Academia, ocupó el séptimo lugar, pero fue recordada por su calidad vocal y carisma. Tras el concurso, se dedicó al teatro musical, destacando en producciones como «Mentiras», donde no solo brilló como actriz, sino que también conoció a su esposo, Fernando Santana, con quien se casó en 2017.
Además de su carrera en teatro, Hiromi también participó en televisión, siendo uno de sus papeles más memorables el de Lucy Li, «La chinita», en la serie “El Chema”, junto a Mauricio Ochmann. Su actuación en esta narco serie fue muy aclamada, mostrando su versatilidad como actriz, a pesar de su breve tiempo en pantalla.
La vida personal de Hiromi parecía plena. En 2017, anunció que esperaba a su primera hija, Julieta. Sin embargo, su felicidad se truncó cuando, en el octavo mes de embarazo, sufrió complicaciones graves. Lo que parecía ser un parto prematuro se convirtió en tragedia, ya que su hija falleció en el vientre. Esto llevó a Hiromi a sufrir varios paros cardíacos y a ser diagnosticada con el Síndrome de HELLP, una afección grave. A pesar de los esfuerzos médicos, Hiromi falleció junto a su hija, dejando devastados a su esposo, amigos y familiares.
La comunidad artística reaccionó con tristeza ante su muerte, incluidos sus compañeros de La Academia y su expareja, Carlos Rivera, quien expresó su profundo dolor en “La Voz” al recordar a Hiromi. Su legado perdura no solo en su carrera, sino en el cariño que dejó en quienes la conocieron, siendo recordada por su talento, dedicación y amabilidad.