En el primer trimestre del 2025 la tasa de desempleo descendió a 2.5%, alcanzando el mínimo histórico observado un año previo. Desde el periodo enero-marzo del 2023, el indicador se ha mantenido en cifras inferiores a 3%, sólo con excepción de dos trimestres, pero la tendencia a la baja no es una garantía de que todo esté bien en el mercado laboral, indica Acción Ciudadano Frente a la Pobreza (ACFP).
En su análisis Disección de la ENOE 2025, la organización expone que el desempleo real engloba a más personas y el nivel es mayor, ya que la tasa de desocupación sólo contempla a la población desempleada y en búsqueda activa de empleo, pero no considera a quienes no tienen trabajo y tampoco lo están buscando.
En un año, casi 260,000 se incorporaron al grupo de “disponibles” de la Población No Económicamente Activa (PNEA), con ello abarcó a 5.2 millones de personas.
Al sumar a las personas en desocupación y disponibles de la PNEA, la tasa de desempleo extendido es de 10.3% de la población, una cifra que representa a más de 6 millones de personas. “Un nivel de desempleo mayor a 10% sí es grave”, dice Paulina Gutiérrez, responsable de Investigación y Datos de ACFP.
“Los datos están mal leídos. Que la tasa de desempleo real fuese de 2.5%, implica tener menor desempleo que países como Alemania o Estados Unidos. Tenemos que ver los datos completos, la tasa de desocupación, es la que responde al 2.5%, pero tenemos que contemplar a la población disponible, y con esta población, la única diferencia es que no buscaron trabajo en la semana previa a la encuesta, pero sí quieren trabajar”, expone la especialista.
En eso coincide Gabriela Siller, directora de Análisis Económico y Financiero de Banco Base. “Es importante ser cuidadosos con la tasa de desempleo como métrica para evaluar la situación del mercado laboral, pues deja fuera a la población disponible, que forma parte de la PNEA, pero que se considera disponible para trabajar solo que no ha buscado trabajo en la semana previa a la encuesta”.
Pero estos no son los únicos indicadores del panorama real de desempleo en México. Hay una población excluida del mercado laboral, en condiciones de trabajar, pero bajo contexto que les impiden hacerlo, principalmente en labores de cuidado, un fenómeno acentuado en las mujeres.
El análisis de Acción Ciudadana Frente a la Pobreza evidencia que 19.5 millones de personas están inactivas laboralmente por motivos de cuidado, de este grupo, nueve de cada 10 son mujeres.
“Quisimos visibilizar la exclusión económica, no sólo es el desempleo real el que está oculto, también la exclusión por labores de cuidado, y eso no se toma en cuenta en el desempleo y es muy grave. Sí necesitan trabajar, necesitan los ingresos, pero no pueden salir a trabajar porque están realizando labores de cuidado”, apunta Paulina Gutiérrez.
Otro elemento que ha influido en una tasa de desempleo tan baja, explica Gabriela Siller, es el crecimiento que ha tenido la PNEA por la población mayor de 60 años en los últimos años. Entre el primer trimestre del 2023 y el mismo periodo del 2025, esta población creció en 2.1 millones, el 73% de este incremento es por personas mayores de 60 años.
“Lo anterior refleja en parte un mayor número de jubilaciones, lo que podría ocurrir a un mayor ritmo en los próximos años debido a factores demográficos. Asimismo, el programa de apoyo a adultos mayores de 65 años, que se volvió universal en la administración federal previa, hace que para un grupo de la población de adultos mayores deje de ser atractivo buscar trabajo”, dice la especialista.
La informalidad tampoco es como se pinta
Otro indicador diseccionado por Acción Ciudadano Frente a la Pobreza es la tasa de informalidad. Si bien el nivel de 54.6% sí abarca a la proporción de personas en condiciones de trabajo informal, el mito más común es pensar que se trata de una fuerza laboral empleada en unidades económicas informales.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), de los 32 millones de ocupados en la informalidad en el primer trimestre del 2025, el 46.9% se encuentra fuera del sector informal; es decir, en centros de trabajo formales o gobierno.
“No todo el trabajo informal está en negocios informales, hay una gran proporción de trabajo informal dentro de la formalidad, incluso en empresas trasnacionales o el gobierno, con esquemas de trabajo que no brindan los derechos laborales a las personas”, señala Paulina Gutiérrez.
Aunque en el último año casi 620,000 personas salieron del trabajo informal en la formalidad, esta reducción se dio en un contexto de baja ocupación general, y aún hay poco más de 15 millones de personas en esta condición.