
Por Jorge Lara
La noche del 15 de diciembre quedará marcada en la mente de todo el americanismo para siempre y seguramente también quedará en la mente de los amantes del fútbol en México, y es que en el Estadio BBVA, mejor conocido como el Gigante de Acero, América se consagró campeón del futbol mexicano por tercera vez consecutiva, y con ello reafirmó lo que siempre se ha dicho y se repite como un mantra, “El América es el equipo más grande de México”, y es que muchos se jactan de serlo, sin embargo, el único que realmente respalda sus palabras con hechos dentro de la cancha es el equipo azulcrema.
Aún recuerdo la tarde del 21 de junio de 2023 cuando en la sala de prensa fue presentado André Jardine, un técnico brasileño del que poco se conocía, se sabía que había conseguido la medalla en futbol para la Selección Brasileña en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 (celebrados en 2021) y que después de eso el Atlético de San Luis había apostado por él para traerlo a nuestro país, pero en un equipo con pocos reflectores como los potosinos, poco fue lo que se vio de él.
Sin ser la primera opción y con más dudas que certezas Jardine llegó al nido sobre la hora pues nueve días después de su presentación en Coapa debutó ante Bravos de Juárez con una derrota en el Estadio Azteca, las críticas no se hicieron esperar, pero este sería el inicio de una época dorada en el Nido.
Sin destruir la base que dejaron Santiago Solari y Fernando Ortíz, André comenzó a construir el cuerpo del que sería un equipo poderoso, atractivo en su juego y prácticamente infalible que conquistaría en diciembre de ese mismo año el título 14 para la institución luego de cinco años de sequía.

Con el objetivo del bicampeonato en la cabeza, Jardine llevó a cabo una buena gestión de vestidor, con fichajes inteligentes, sin soberbia y con total conocimiento de la historia del equipo, sorteó momentos difíciles, críticas por eliminaciones en torneos internacionales y terminó ganando una segunda final, por primera vez en torneos cortos América era bicampeón. Con el bicampeonato llegó en automático el Campeón de Campeones y posteriormente, la Supercopa Mx y la Campeones Cup, cinco títulos en prácticamente un año.
Con la misma hoja de ruta, con muchas complicaciones por lesiones, contra las críticas más severas, y con el hambre intacta, el América de Jardine logró lo nunca antes visto desde que se instauraron dos torneos por al año, un tricampeonato, el técnico brasileño dio una masterclass de estrategia durante toda la liguilla, entendió los tiempos de cada partido, de cada serie y las debilidades de cada rival, acabó con los favoritos y sorteó las tormentas más salvajes para instalarse nuevamente en una final, la del Apertura 2024 ante Monterrey.
La noche del 15 de diciembre quedará en la mente de todo aficionado al fútbol, será la noche en donde el fútbol mexicano se rindió ante el tricampeón, se rindió ante el equipo de André Jardine, se rindió ante el club más ganador de nuestro país, se rindió ante un América de época.