
David González Rodríguez.
Una lección que nos dieron en la escuela sobre el liderazgo inicia con la siguiente pregunta: “ Un líder, ¿Nace o se Hace?”.
Esto, genera un debate, porque muchas personas aseguran que un “Líder nace siendo líder…” Sin embargo, ¿podríamos asegurar que un ser humano, por el simple hecho de nacer y recibir una carga genética de sus ancestros en automático llegará al mundo con actitudes o sentimientos de Líder? O podríamos interpretar que un Líder se va formando, adquiriendo sus habilidades y fortaleciendo su criterio debido a las experiencias, observaciones y aprendizajes que lleva en su vida.
Entonces, si los líderes se van formando, qué pasa con los colaboradores de una empresa, ellos ¿nacieron siendo malos? ¿O se fueron convirtiendo en malos colaboradores?
Dejemos algo claro, con malos, me refiero a su desempeño laboral, su actitud negativa, la evasión de la responsabilidad y su falta de compromiso en la empresa.
Pero ¿cómo es que estos colaboradores se llegan a convertir en malos?
Hoy en día la mayoría de las empresas que estamos en el medio, sufrimos durante el proceso de reclutamiento de personal, y hay muchos aspectos que no son claros, por lo cual, los empresarios caen en la conclusión que, el personal que se postula a las vacantes ya viene “maleado”.
Aquí les dejo algunos aspectos a considerar para evaluar si nosotros mismos, desde nuestras empresas no estamos forjando “malos empleados”:
– Antes de contratar a una persona, ¿tengo claramente definido el perfil de puesto con sus alcances, responsabilidades, características y actividades que deberá desempeñar? Si mi respuesta es negativa, estoy contratando a personas que más adelante no nos podrán dar nunca los resultados deseados. (Si no sé lo que quiero, ¿cómo podría buscarlo?)
– Durante el proceso de reclutamiento, ¿soy ampliamente claro y asertivo para explicar a detalle lo que las personas deben realizar, los resultados esperados, sus metas por cumplir, la retribución y paquete de compensaciones que ofrecemos, etc.? Si la respuesta es negativa, y eres un empresario que deja al aire las cosas por miedo a que no entren a trabajar contigo, déjame decirte que eres parte del problema y estás fomentando una cultura donde tus colaboradores siempre estarán a la defensiva.
– Una vez contratados, ¿los nuevos colaboradores son evaluados, se les explica y acompaña en el desarrollo de sus actividades, se tiene una empatía durante su curva de aprendizaje, es decir, fuimos congruentes con lo que ofrecimos en el reclutamiento y lo estamos cumpliendo? Si la respuesta es un no, déjame decirte que lo único que estás creando es una falta de compromiso ante la empresa, no esperes que las personas duren trabajando contigo.
– En caso de que el desempeño sea sobresaliente o deficiente, ¿aplicas bonificaciones, o sanciones y corriges implementando un plan de trabajo a futuro para mejorar sus resultados? Si no haces nada de esto, la gente se irá a donde si sea valorada y respetada.
Sé que es difícil contemplar estos y más puntos, sin embargo, no podemos seguir fomentando una mala cultura laboral, porque de ahí dependerá la formación de malos empleados.
Hoy es momento de Trascender,
Yo soy TRASCEN/DENTE.
David González Rodríguez.